Los juegos infantiles son mucho más que un pasatiempo. Tienen un componente formativo que les ayuda a mejorar su desarrollo.
Una de las escenas más habituales del mundo es la de un niño jugando. Desde que nace, el bebé comienza a realizar actividades que le divierten y le entretienen. Pero no se trata solo de esto. El juego es una parte fundamental del desarrollo. Y como tal, es importante saber seleccionar el adecuado según la edad y las capacidades.
Aprendiendo a través de la repetición
Uno de los elementos más importantes que tienen los juegos es la repetición. Precisamente esto, tener que hacer las cosas una y otra vez hasta que salen bien, ayuda a los niños a dominar sus habilidades. Y a entrenar su mente para afrontar en el futuro situaciones que requieran acción rápida.
Como destacan en TodoMaternidad, algo que a los adultos nos parece tan simple como encajar una pieza en un sitio concreto, para el cerebro de un niño supone todo un desafío. Sobre todo al principio. Pero poco a poco, se desarrolla un proceso de pensamiento y asimilación, que termina cuando es capaz de visualizar en la mente el resultado final, y se comprueba que es así.
Juegos creativos
El cerebro de un niño es una máquina muy potente, como un disco duro de gran capacidad en blanco, deseando que lo llenen de información. Los juegos despiertan características como la imaginación y la creatividad, por lo que es importante elegir aquellos que permiten al niño convertir en alguien creativo.
Por ejemplo, los dibujos para colorear se ven de manera muy diferente a través de los ojos de un niño que los de un adulto. El uso de los colores es mucho más imaginativo cuando se es pequeño. Por eso, aunque a los adultos nos parezca algo extraño, un niño no ve nada raro en pintar un sol de color azul o las hojas de un árbol de violeta. Y no hay porqué tratar de impedirle que lo haga. Forma parte integral de su desarrollo creativo.
El juego favorece el ejercicio
Los niños se mueven mientras juegan, por lo que se están ejercitando sin apenas darse cuenta. De este modo, además de comenzar a llevar una vida sana, lo cual es muy positivo, les permite desarrollar la coordinación de todo el cuerpo. Tanto en movimientos delicados como en otros más amplios.
En una tienda de bebes se pueden ver juguetes que ayudan desde la más tierna infancia a que el cuerpo se ejercite.Además de su carácter saludable y de desarrollo, también es práctico para que pueda dormir bien cuando llegue la noche.
Crea lazos de cooperación
Algunos juegos están diseñados para que los niños interactúen. Otros, tienen una misión más amplia, y generan la necesidad de compartir con otros para poder jugar con ellos. Así se desarrollan las habilidades sociales y de grupo, que más adelante necesitará para prácticamente todo en la vida.
Los juegos según la edad
Para que el desarrollo del niño sea el adecuado, es muy importante ir escalando los tipos de juegos. Antes de los dos años, por ejemplo, lo normal es que aprenda a identificar texturas y sonidos. A partir de esa edad, el cerebro quiere más, y por eso son comunes los juegos de madera con formas y colores, con los que el cerebro aprende nuevos conceptos como el espacio o el volumen. Después, llegará el momento de que participen en juegos colaborativos con otros niños, además de aquellos que fomentan la imaginación.
En realidad, cuando vemos a un niño jugando no estamos observando a una criatura divirtiéndose solamente. Acudimos a un proceso mucho más complejo, el de un cerebro absorbiendo información que le será útil durante las siguientes etapas de la vida.