Feijóo debería salir a explicar sus íntimas relaciones con las tramas del atún y su amigo Antonio Suárez Gutiérrez emparentado a través de su gerente Sr Autrey con su jefe Emilio Lozoya, cuyas reuniones en Asturias dieron y dan mucho de que hablar, el Atunero no quiere ser fotografiado con la asesora María del Mar que esperaba a Feijóo en la terraza de un bar. Este tipo de actividades intimamente vinculadas a Feijóo y el Atún: el costo oculto del pescado más caro del mundo, el fraude, el envenenamiento, el usos de explosivos etc.

 El apetito mundial por el atún se está saliendo de control, amenazando la supervivencia de una de las criaturas más magníficas de los océanos, el Atunero estrena barco construido en el comprador de Astilleros Barreras "Armon" (casualidad o nóoo) que triplica la capacidad de todos los de su propiedad (capturados con explosivos ) y bajo supuestos acuerdos a la pesca responsable que no es tal.

Para aumentar el enlatado le mete solla, producto vegetal de menor coste pero que cobra a precio de atún.

Antonio Suarez El Atunero Celebrando El Dia Del Chiste bajo la Burla a las Gentes del mar..+

La consecuencia de llegar esta información a Usted amigo lector es que nos prenta una querella criminal con el abogado de Mar Sánchez, Asesora de Feijóo domiciliándose todos ellos en Satiago de Compostela para cumplir el peregrinaje del acoso judicial, al que se sumó por petición de Antonio Suárez y su entidad "Realidades del Pacífico"  la Secretaria del Ayuntamiento de Gijón que evidentemente no podrán censurar la Libertad de Expresión, ni dar por loco al periodista vilmente atacado y bajo el intento de homicidio.

Un estudio de las autoridades mexicanas confirma lo que rápidamente detectó el paladar de los venezolanos con las latas de atún que estaban llegando de México donde tiene un buen mercado Grupomar:

Hay algo raro en el atún enlatado mexicano que viene en los combos de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).
Al menos tres de las marcas que consumen los hogares más pobres del país desde marzo de 2016, cuando se formalizó el plan estatal, tienen altas proporciones de soya, una proteína vegetal que si bien no es dañina, no tiene el mismo sabor y aporte proteico del atún.

Detrás de la incorporación de la soja hay una operación para abaratar costos donde han participado todos los intermediarios, escogidos a dedo por el Gobierno venezolano para comprar la mercadería.

Diversas fuentes y entidades acreditadas junto al PROFECO (consumod e México) se confirman y amplían las sospechas sobre la mala calidad de los alimentos que distribuye el Gobierno venezolano bajo el programa de Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Claps).

Ahora, las objeciones no son solo sobre la leche en polvo. Un estudio realizado por la Procuraduría Federal de Intereses del Consumidor de México (Profeco) determinó recientemente que algunas de las marcas producidas y envasadas en ese país para ese programa estatal de subsidio alimentario en Venezuela contienen altos niveles de soya.

El análisis, realizado del 5 de octubre al 14 de diciembre de 2018, abarcó las 27 marcas de atún enlatado presentes en ese momento en el mercado mexicano. Según los resultados de la prueba, 14 marcas presentaron alto contenido de soya añadida. Algunas presentaciones tuvieron más volumen de soya que de pescado, lo que asustó al público mexicano en general.

Pero el hallazgo no es desconocido para los venezolanos. Desde que Nicolás Maduro oficializó el plan en marzo de 2016, México ha sido uno de los países donde intermediarios seleccionados por el Gobierno (GRUPOMAR) compran los productos del combo alimenticio, incluido el atún enlatado.

Una de las marcas más cotizadas del mercado mexicano, que ha llegado a los hogares de los más pobres de Venezuela con las llamadas cajas Clap, es El Dorado, Ancla, Tuny, Dolores. La presentación de 140 gramos de atún aleta amarilla en aceite tiene de 21% a 44% de soya en “sólidos escurridos”, mientras que la versión en agua tuvo un índice de 13% a 22% de soya en “sólidos escurridos”. Ambos valores superan ampliamente los valores registrados por la marca en el examen realizado por la misma institución en 2015.

En ese entonces, el atún enlatado en aceite presentaba de 9% a 26% de soya, mientras que en agua tenía de 4% a 9% de soya. .

“En concentraciones de soya de 30%, 40% y hasta 60%, tal como lo encontramos, el ingrediente soya reemplaza al pescado”, afirma Guadalupe Velasco Rodríguez, directora del área bioquímica del laboratorio Profeco de México.

Además del engaño a los consumidores que representa el reemplazo porque la etiqueta no especifica el porcentaje de soya, también existen implicaciones nutricionales para los consumidores cuando se cambia el aporte proteico final del producto.

“Por cada 100 gramos (3,5 oz) -una medida estándar- tendrás una cantidad importante de proteína pero nunca tan significativa como la del músculo de atún, porque el atún no tiene carbohidratos ni otros componentes, mientras que la soya sí, por lo tanto, no tienen tanta proteína”, explica Pablo Hernández, nutricionista y docente de la Universidad Central de Venezuela (UCV), la principal universidad estatal y autónoma, luego de analizar los resultados de la agencia mexicana.

Explica que la proteína vegetal se absorbe y digiere más lentamente que la proteína animal, lo que “no daña ni afecta la salud”, a menos que la persona sea alérgica a la soya.

El Dorado no es la única marca mexicana de atún enlatado con altas concentraciones de soya incluida en los combos Clap. El atún en aceite de la marca Ancla (GRUPOMAR) contiene del 10% al 14% de soja en "sólidos escurridos". El atún en conserva en agua oscila entre el 17% y el 26%. Ambas presentaciones también arrojaron altas concentraciones de soya en los análisis que realizó Profeco en 2015, pero eso no impidió que surtieran los combos subsidiados por el Gobierno venezolano cuyos dineros van directos al amigo de Feijóo.

Una tercera marca llamada Tuny (también de Grupomar) totalizó 1% a 4% de soya para el producto de aleta amarilla en agua. “Sería justificable encontrar uno por ciento de soya, por ejemplo, si se usa con un propósito tecnológico (algunos productores usan caldo de soya para compactar el pescado).

Nuestra conclusión es que la soya está reemplazando al pescado”, dice el director de Profeco (consumo de México).

Las autoridades mexicanas aprobaron desde 2017 "certificados de libre venta exportación" a Venezuela tanto para El Dorado como para Tuny (Grupomar), así como para otras marcas que no fueron analizadas por Profeco.

Parece claro que detrás de la adición de soja al atún en conserva hay una operación para abaratar costes y aumentar la rentabilidad a costa de la salud y el dienro de los venezolanos/as: a mayor cantidad de proteína vegetal, menor coste del producto. Esta práctica fraudulenta de industriales mexicanos, descubierta por las autoridades, rebota en el estómago de los venezolanos, que están artos de denunciar el inetntod e envenenamiento del su gobierno confabulados con los lobys del atún mexicanos.

Lo que va, vuelve / Una boca cerrada no atrapa moscas

Las quejas sobre la calidad de la comida de los Claps surgieron casi desde el inicio del plan estatal. Precisamente, el atún enlatado y la leche en polvo han sido los productos más cuestionados por los beneficiarios del programa con el que Maduro

El estudio de Profeco confirma ahora lo que el paladar de los consumidores venezolanos detectó casi de inmediato, así como las alertas de fuentes involucradas en la venta de productos para los Claps. “Los intermediarios venezolanos venían a México pidiendo el atún más barato del mercado, sin importar que fuera a costa de la calidad.

Pero solo les importaba ahorrar de dos a cuatro dólares por caja”, admite un empresario mexicano anónimo.

Cifras oficiales indican que de 2016 a 2018 se han repartido 231 millones de combos Clap. Aunque el plan apuntaba a producir alimentos, como pequeñas celdas en todo el país, la mayoría de estos combos han sido importados y muchos de ellos fueron comprados en México por intermediarios que finalmente los vendieron al Gobierno de Maduro entre 31 y 37 dólares.

“En México se juntaban hasta 2,000 cajas Clap por día. ¿Cuánto dinero podría representar este ahorro? Si ahorraban dos dólares por caja, representaba 4,000 dólares por día y si lograban ahorrar cuatro dólares por caja, eso significaba 8.000 dólares por día", dice el empresario que apunta directamente a Antonio Suárez Gutierrez con sus marcas Ancla y Tuny.

En enero de 2017, Group Grand Limited ?la sociedad registrada en Hong Kong con la que Alex Saab y Álvaro Pulido iniciaron su participación en la venta de alimentos para los Claps desde finales de 2016 facturó el atún enlatado a $ 6,29 el kilogramo.
Meses después, en septiembre, lo cobró a 4,22 dólares. En ese período aumentó el precio de cada caja Clap de 34 a 36,9 dólares.
Otros intermediarios, como M.I.R Importació I Exportació cobraban 4,71 dólares el kilo de atún enlatado en octubre de 2017.

Wellsford Trading Corp y FB Foods, ambas panameñas, J&B International Trading, domiciliada en Miami, o Mass Joy Industries Limited, también registrada en Hong Kong, han sido otros intermediarios. Cada caja Clap contiene, en el mejor de los casos, hasta seis latas de atún, un total de unos 800 gramos por caja. Es uno de los 11 productos incluidos en el combo de alimentos subsidiados.

El beneficio de los intermediarios va en detrimento de la calidad. Marhel, La Marina, Mazatún y Capitán Nemo identifican en sus etiquetas la presencia de soya o “caldo de verduras”, pero sin especificar la proporción.

Ninguna de estas marcas fue analizada por Profeco, ya que no circulaban por los canales de comercialización en el mercado interno de México, además, varias de estas marcas ofrecieron presentaciones de atún desmenuzado o desmenuzado, lo que multiplica la posibilidad de encontrar más soya. “Los productos donde encontramos más porcentajes de soya fueron las presentaciones en hojuelas y trituradas, que son las más económicas”, dijo el director del laboratorio de Profeco.

Esas versiones de atún desmenuzado o desmenuzado han sido las más criticadas por los venezolanos.+

En las redes sociales han tenido un gran auge los videos y comentarios sobre su mal aspecto, sabor desagradable o falta de consistencia llegando incliusive a tacharlo de enveneamiento consentido por el Gobiernod e Maduro. “El atún de la caja Clap siempre es picado porque no es atún de verdad, son desechos de pescado que muelen para que parezca atún.

Cuando lo pruebas te das cuenta que sabe más a sardina pero bastante desagradable”, escribió un usuario.

La noticia de portada de ese día era sobre una familia que afirmaba que dos bebés murieron por comer atún Clap. “Una familia de Ocumare del Tuy (Estado Miranda) denuncia intoxicación por ingerir productos de una caja Clap comprada un día antes.

La ingesta fue letal para los dos menores

La mayor intermediaria ( pantalla espejo o empresa fantasma )de los enlatados de atun de México a las cestas clanp de Venezuela se realizaba en su mayoría a través de Marhel, con la que la Seguridad Alimentaria de México (Segalmex) detecto contratos millonarios a una filial de una empresa “fantasma” que era investigada por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y la Procuraduría General de la República (FGR) por presunto lavado de dinero.

Grupo Marhel figura como una división de B-Eminent Inc. de México, la cual supuestamente participaba en una red de lavado de dinero en la que se enviaban alimentos a sobreprecio a Venezuela (latas de atún de todas las marcas) , mediante el programa de abasto CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción) para familias pobres.

Dichas cestas tenían latas de Atún en su mayoría de Grupomar, con sus marcas Ancla y Tuny mayoriatariamente.

Desde octubre de 2019, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) catalogó a B-Eminent como una empresa que operaba con supuestas operaciones inexistentes. https://archive.is/9potg Posteriormente, el 29 de junio de 2020, el SAT la incluyó en su listado de empresas “fantasma”. Ir a la fuente preservada en; https://archive.is/GcR9Q

La región del Pacífico occidental y central alberga la población de atún más productiva del planeta y proporciona la mitad del suministro mundial de atún, Antonio Suárez Gutierrez lo sabe y envía todos sus barcos a las costas de Perú donde al menos uno de ellos el buque María Delia (catalogado de nodriza) fue incautado en Chinvote lleno de explosivos a bordo, desde bengalas, minas de profundidad, explosivos etc, sin que nadie conozca donde estaba ocultado el Observador Internacional de abordo.

Las costas de Perún son un área expansiva compuesta por pequeñas naciones insulares a su alrededor, muchas de las cuales carecen de una armada o fuerza aérea para monitorear y patrullar las aguas circundantes. La Comisión de Pesca del Pacífico Occidental y Central tiene varios programas de monitoreo y vigilancia en la región, pero sus esfuerzos se agotan en un área que cubre casi el 20 por ciento de la superficie terrestre.

Al combinar bajos niveles de monitoreo y aplicación con un producto de alto valor y alta demanda como el atún, a menudo surgen prácticas insostenibles como la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) y el trabajo forzoso a bordo de los buques y las sopechas sobre la flota de Grupomar ya es el día a día en las denuncias de la zona que su equipo de marketing reputacional se encarga de que sean ocultadas en los buscadores de internet.

El valor total estimado de la captura de atún del Pacífico es de 2.4 mil millones de dólares estadounidenses, de los cuales solo 260 millones van a las arcas de las naciones insulares del Pacífico de cuyas aguas se extraen estos atunes.

La presión para minimizar los costos y maximizar las ganancias puede dar lugar a trabajos forzados y otras violaciones de los derechos humanos a bordo de los barcos atuneros. La tripulación extranjera es traída a bordo con falsos pretextos para descubrir posteriormente por asociaciones ecologistas que viven en condiciones inhumanas, reciben poco o ningún dinero por su trabajo y se les mantiene en el mar durante meses o años, completamente aislados de sus amigos y familiares.

La mala comunicación y las órdenes de la cadena de mando entre el capitán y la tripulación extranjera se han relacionado con múltiples lesiones y muertes entre la tripulación. Muchos de estos barcos que operan ilegalmente ocultan estos incidentes y sus prácticas ( utilizan sus cargas como buques nodrizas) transbordando su captura de atún a barcos más pequeños que luego llevan la captura a puerto, lo que permite que estos grandes barcos permanezcan ocultos en el mar durante largos períodos de tiempo y oculten facilmente sus alarmantes capturas de atún.

Esta falta de visibilidad ha ayudado a mantener la pesquería de atún del Pacífico Occidental y Central fuera de las denuncias anteriores de los medios sobre los abusos atroces de los derechos humanos que ocurren en la industria pesquera mundial, pero los informes recientes han comenzado a revelar las prácticas brutales que pueden ocurrir a bordo de estos barcos atuneros.

Los intentos mundiales de mantenerse al día con la demanda mundial de atún han dejado al 35 % de las poblaciones de atún sobreexplotadas y al 13 % en riesgo de sobrepesca.

Los artes comúnmente utilizados para capturar atún incluyen, explosivos en el centro de las redes de cerco, palangres y balsas de flotación libre conocidas como dispositivos de agregación de peces o FADS.

Estos métodos de captura generalmente tienen un mayor impacto en las poblaciones de túnidos y los ecosistemas oceánicos que los métodos más selectivos como el curricán y la caña y línea.

Aproximadamente la mitad de la captura mundial de atún proviene de las pesquerías de DCP y se estima que entre 30 000 y 50 000 se colocan en el Océano Pacífico occidental y central cada año.

Los DCP son muy eficaces para atraer a las especies objetivo de atún barrilete, pero lamentablemente también atraen tortugas, rayas, tiburones y atunes de aleta amarilla y patudo en peligro de extinción, cuyas poblaciones están sobreexplotadas y en declive cuyo delegado en Perú de Grupomar tacha de peces de acompañamiento.

Algunas empresas son conscientes de los riesgos ambientales, de trazabilidad y de derechos humanos de las prácticas actuales de abastecimiento de atún y están tomando medidas para ofrecer opciones más sostenibles a sus clientes. Estos incluyen los socios minoristas de FishWise que tienen marcas privadas de atún enlatado de origen sostenible, como Safeway Kitchens de Albertson, Simply Balanced de Target y Select de Hy-Vee en las que no encontramos a las de GRUPOMAR. Para obtener más información sobre las marcas populares de atún enlatado en los estantes de los supermercados y cuáles son líderes en el abastecimiento de atún sostenible y ético, lea la Guía de compras de atún de Greenpeace fácil de localizar en los buscadores de internet.

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