La reciente contradicción entre Alfonso Rueda y Alberto Núñez Feijóo respecto al viaje a Venezuela expone una grieta significativa dentro del Partido Popular (PP). Mientras que Feijóo adopta una postura dura contra el régimen venezolano, acusando a Pedro Sánchez de ser cómplice del silencio por compromisos con Maduro, Rueda califica su propia visita a América Latina, incluyendo Venezuela, como “muy productiva” y llena de oportunidades para Galicia. Este choque de narrativas revela, no solo un desajuste en la estrategia política del PP, sino una preocupante incoherencia que debilita la credibilidad del partido.
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Por un lado, Feijóo, en su intento por abanderar la defensa de la democracia y los derechos humanos, denuncia el “fraude” en las elecciones venezolanas y pide a Sánchez liderar una condena más firme en la Unión Europea. Sus críticas a la falta de acción del gobierno español buscan proyectar una imagen de firmeza y responsabilidad internacional. Sin embargo, mientras Feijóo busca mostrarse como un defensor de los valores democráticos, su propio partido se contradice de manera flagrante cuando Alfonso Rueda celebra los logros de su viaje a Venezuela, sin una mención crítica al régimen autoritario de Nicolás Maduro.
Esta dualidad en el discurso del PP pone en entredicho la sinceridad de su postura hacia Venezuela. Mientras Feijóo utiliza la situación del país como un arma política contra el gobierno de Sánchez, Rueda parece más preocupado por estrechar lazos económicos, incluso con un gobierno que su propio partido considera ilegítimo. La falta de cohesión es evidente: ¿cómo puede el PP criticar el silencio de Sánchez sobre Venezuela mientras un alto cargo de su propio partido celebra una "fructífera" visita al mismo país?
La respuesta de Rueda pone en una posición incómoda a Feijóo, ya que subraya la inconsistencia de su liderazgo. Si bien el líder del PP quiere ser visto como el defensor de los valores democráticos en la escena internacional, su propio equipo parece no compartir esa visión. En vez de unificar un mensaje fuerte y coherente, el PP cae en la contradicción, socavando sus intentos de proyectar autoridad y consistencia en temas internacionales tan delicados como la situación en Venezuela.
Este episodio también revela otro problema más profundo dentro del PP: la priorización de intereses económicos sobre los principios éticos. Rueda justifica su viaje a Venezuela bajo el argumento de que es beneficioso para Galicia, destacando sectores como la pesca o el turismo. No obstante, la aparente indiferencia ante la situación política de un país en crisis revela una falta de escrúpulos que podría erosionar la confianza de los votantes. ¿De qué sirve criticar al gobierno de Sánchez por no condenar a Maduro si el propio PP está dispuesto a pasar por alto las atrocidades del régimen cuando hay negocios de por medio?
En definitiva, la contradicción entre Rueda y Feijóo ilustra una crisis de coherencia y de valores dentro del Partido Popular. Mientras Feijóo intenta posicionarse como un líder internacional comprometido con la democracia, su propio partido demuestra que está dispuesto a mirar hacia otro lado si hay beneficios económicos en juego. Esta falta de alineación, sumada a la falta de principios claros, pone en duda la verdadera agenda del PP y su capacidad para ofrecer un liderazgo firme tanto a nivel nacional como internacional.
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