La buena salud de la piel es importante, pues es una capa que protege todo el cuerpo en general. El cuidado de la piel es esencial y forma parte de nuestra rutina para mantener bienestar física y calidad de vida. Una alimentación adecuada y hábitos sanos mantendrán la piel sana y radiante.

La piel, así como todo el organismo requiere de cuidados especiales para mantenerse sana. La piel puede deteriorarse rápidamente si no se tienen los hábitos diarios que la mantengan en un buen estado, lo cual repercute tanto en la apariencia, como en la posibilidad de desarrollar condiciones y patologías graves, como el cáncer.

La piel es el órgano más grande del cuerpo, al ser tan extenso y visible, es el más propenso a agresiones externas. El cuidado de la piel tiene que ver directamente con la salud en general, por lo cual resulta imprescindible en todas las etapas de la vida.

Muchas personas tienen la idea de que para mantener la salud cutánea es necesario gastar fortunas en sérums, cremas hidratantes, tratamientos antiaging, entre otras cosas que ofrece la industria estética. Todo esto puede ayudar, pero no son la verdadera base de un cuidado de la piel efectivo.

No es necesario tener un cuidado intensivo con una inmensa cantidad de tratamientos y productos costosos: el simple hecho de tener una vida saludable y una alimentación balanceada brinda grandes beneficios al aspecto de la piel y a su salud general. Prestar atención a lo que indican los expertos es muy importante para mantener una piel sana y de estética apariencia. 

Cuál es la importancia que tiene la alimentación para el cuidado de la piel 

La alimentación juega un papel muy importante dentro del cuidado de la piel. Al estar formada por miles de células es primordial ofrecerle todos los nutrientes. Las pieles que no reciben niveles altos de vitaminas A, C, E, B2 y B2 suelen tener aspecto seco, áspero y con sarpullidos.

Otro componente importante es el colágeno, que afortunadamente se puede adquirir en forma de suplementos de colagenos. Este nutriente fortalece los tejidos del cuerpo y les da elasticidad, lo cual ayuda a eliminar las arrugas y a retrasar el envejecimiento de la piel.

La hidratación también es un tema muy importante en cuanto a la salud de la piel se refiere. Lo ideal es consumir unos dos litros de agua al día, aproximadamente, dependiendo de la cantidad de agua que se pierde por actividad física o por el clima. Por ejemplo, en un día caluroso, llegar a los dos litros consumidos es obligatorio. En días fríos, cuando se suda poco, unos 1,5 litros están bien.

Una piel sin las cantidades de colágeno y agua necesarias se vuelve áspera, y además, no cumple su función protectora adecuadamente. Por tal razón, estos dos nutrientes, junto a las vitaminas y minerales generales, son esenciales para que la piel se mantenga suave, lisa y saludable.

Consejos generales para el cuidado cutáneo

Otro aspecto, y quizás el más importante para cuidar la piel es estar atentos a mantenerla protegida del sol. Es necesario utilizar protector solar regularmente, usar ropa protectora (mangas largas, pantalones largos) y procurar estar bajo lugares con sombra.

La piel debe ser tratada con delicadeza, utilizando jabones adecuados que no sean tan fuertes, pues estos eliminan los aceites naturales que secreta la piel. Los baños no deben ser muy largos y, preferiblemente, deben llevarse a cabo con agua tibia. Asimismo, a la hora de afeitar, es recomendable aplicar cremas o lociones. 

Un consejo que no puede parecer tan obvio, pero es de igual importancia que los anteriores, es el control del estrés. Este puede desencadenar brotes de acné y otros problemas relacionados con la piel, pues las hormonas liberadas bajo el estrés intenso ponen la piel sensible. Cuidar el estado de ánimo es un factor clave en la salud cutánea.