El baño es una de las estancias más importantes de la casa. Aunque hay quien no le da mucha relevancia, lo cierto es que vamos a pasar horas en él todas las semanas.

Debido a esto, es fundamental escoger bien los elementos como la mampara, el plato de ducha, el inodoro, etc. Equivocarse solo servirá para provocar incomodidad todos los días, lo que recordará el error cometido.

Es necesario medir bien el espacio a la hora de poner una mampara fija

No meter la pata con la medida de una mampara fija es sencillo; solo hay que medir el espacio que hay para colocarla y ver si es viable decantase por ella.

Estas mamparas poseen muchas ventajas. Su estética es minimalista, no tienen partes móviles que se puedan romper, no llevan juntas que se pasan y dejan que se salga el agua, se instalan de una manera muy sencilla y no necesitan tanto espacio como las tradicionales al no tener que abrir ninguna puerta.

Siempre se recomiendan para los baños pequeños, pero eso tiene un límite, La razón es que la mampara debe cubrir por completo el plato de la ducha, mejor un poco más a ambos lados. A su vez, hay que dejar un espacio suficiente para que pase una persona.

Este hueco suele ser de alrededor de 70 cm, que pueden ser más si hay personas obesas en casa. Dicho de otra manera, si no se quiere meter la pata, la mampara fija siempre va con un plato de ducha grande y en un lugar en el que se tenga espacio suficiente para dejar una abertura con un acceso cómodo.

Los platos de ducha a ras de suelo no son para todos los baños

Por los inconvenientes de los platos a ras de suelo, no en todos los baños es posible instalarlos, ya que necesitan de una serie de requisitos que no cumplen todos los aseos. Es verdad que aportan muchas ventajas, como ser más accesibles, más estéticos, se limpian mejor, se previenen los tropiezos y se optimiza el espacio, pero a veces no se pueden colocar.

Pese a que estos platos ya se venden con una ligera caída, que hace que el agua se vaya al desagüe, lo cierto es que es necesario darles una caída extra de unos seis cm. En ocasiones, el forjado no lo permite, así que es mejor no optar por ellos. Relacionado con lo anterior está la falta de espacio para colocar los desagües. Si falta habrá fugas de agua constantes, por lo que se perderán todas las ventajas que tienen estos platos.

Para finalizar, lo mejor es escogerlo con un nivel de adherencia 3. Una de las razones para colocar un plato de esa clase es facilitar el acceso a la ducha a personas con dificultades de movilidad, así que no tiene sentido que se caigan porque el nivel de adherencia no sea el adecuado.

Con el tres se posee la garantía de que nadie se va a caer en la ducha, más cuando los tropiezos no son posibles al estar el plato enrasado con el suelo