Si todos los caminos llevan a Roma, no es menos cierto que hay mil opciones para llegar a Santiago de Compostela. Ya sea caminando, en coche, bici o a caballo, el Camino es una experiencia no solo turística, sino vital, en la que desconectar del día a día y del estrés, para centrarnos en nuestros pasos y en la belleza de una tradición que cuenta con más de mil años.
Caminante no hay camino
Solo que sí lo hay. Ocho, para ser exactos, son las rutas principales para peregrinar hasta Santiago de Compostela. Con casi mil kilómetros de distancia y una duración de seis a siete semanas a pie, la Ruta de la Plata es el itinerario más largo para visitar la tumba del apóstol. El camino sigue un trazado romano que parte de Sevilla y llega hasta Astorga, donde confluye con la Ruta Francesa. Es sin duda el itinerario más duro, con etapas largas y despobladas, pero encontrarás refugios y albergues donde descansar, darte una ducha o comer algo.
Cruzando un país
Este itinerario ofrece la posibilidad de contemplar la metamorfosis del paisaje del sur peninsular al norte, atravesando Extremadura, con localidades como Zafra, o Plasencia, y adentrándose en Castilla León a través de Zamora hasta Astorga. Desde ahí aún nos quedan algo más de 250 kilómetros hasta Santiago, a través de las provincias de Ourense y A Coruña. Cuando el destino está ante ti, has recorrido casi mil kilómetros y has cruzado un país, cargado no solo con una mochila, sino con las experiencias y las nuevas amistades que has recogido a lo largo del camino.
Pies para qué os quiero
Admitámoslo; no todos estamos hechos para las caminatas bajo la lluvia, el barro y las ampollas, a algunos les gusta la comodidad. Y sí, aunque se pierde parte de la experiencia contemplativa del Camino de Santiago, la ruta de la plata también se puede hacer en coche. ¿Las ventajas? Poder regocijarse en las actividades e intereses turísticos de cada zona sin que rompan tu esquema de viaje. Recorre la historia de España a medida que crecen los kilómetros. Visita el Parque Arqueológico de la Campa de Torres, en Gijón, regocíjate en el gótico leonés o piérdete en Mérida, conocida como la Roma hispánica y ciudad emblema de la Ruta de la Plata.
Elige tu propio camino
El Camino de Santiago no es solo un viaje, sino una experiencia de autoconocimiento, así que has de adaptarla a quien eres. No estamos en la España medieval y ya no existe una sola clase de peregrino, ataviado con sombrero y báculo. No todos disponemos de siete semanas para realizar la Ruta de la Plata, o de las fuerzas para recorrerla a pie, pero eso no debe impedir disfrutar de un viaje de belleza y cultura. Así que disfruta de esta experiencia y, ya sea sobre ruedas o sobre tus pies, abraza este itinerario de paisaje e historia.