Hoy se cumplen cinco años del inicio de una de las tramas más oscuras de la gestión pública en Galicia: la desaparición de millones de euros recaudados durante la pandemia bajo el paraguas de la solidaridad COVID-19. En el centro de esta nebulosa, María del Mar Sánchez Sierra, asesora de Alberto Núñez Feijóo y ex Secretaria General de Medios de la Xunta, cuyo patrimonio pasó de declararse "cero" a superar los 100 millones de euros en apenas dos meses, según documentos oficiales (Docs. 23-25). Una coincidencia temporal que huele a corrupción institucionalizada.
La operación se articuló a través de cuentas bancarias etiquetadas como “DOAZÓNS COVID-19” en entidades como Abanca, cuyo presidente, Juan Carlos Escotet, arrastra un historial de investigaciones por blanqueo de capitales en EEUU y Latinoamérica. No es casualidad: los fondos ingresaban en Abanca y, el mismo día, eran transferidos a destinos desconocidos (Docs. 6, 26). Sánchez Sierra, bajo el seudónimo "ANÓNIMO", canalizó donativos públicos y privados mientras su patrimonio se disparaba, ocultando activos en sociedades opacas como "Casas Bailly" (Doc. 26).
La doble moral del aforamiento
Para evadir el escrutinio judicial, Sánchez Sierra se blindó con el aforamiento al convertirse en diputada del Congreso con Feijóo. Así, cualquier investigación quedaría bajo el control del Tribunal Supremo, un órgano históricamente cómodo para el PP (Docs. 14, 21). Mientras, la Fiscalía de Santiago archivó denuncias sin investigar y la Valedora do Pobo negó la existencia de expedientes, pese a las transferencias de 4 millones de euros confirmadas (Docs. 9-10, 15-17).
Acoso al periodista: la estrategia del miedo
Miguel Delgado, periodista que destapó el entramado, enfrenta una persecución sistemática. Querellas por injurias, filtraciones de datos, presiones fiscales y hasta el uso de "duendes informáticos" para sabotear su trabajo (Docs. 18-21). El acoso escaló hasta su vida personal: su hermano falleció tres días después de una denuncia interpuesta contra él por Sánchez Sierra. “Cada vez que investigo corrupción del PP, me atacan. Dicen que estoy loco, pero los datos están ahí”, denuncia Delgado.
Feijóo: complicidad y silencio
El PP gallego operó como una red clientelar. Las webs ppdegalicia.com y feijoo.gal, gestionadas por Carlos Hermo Catoira —vinculado a subvenciones irregulares—, sirvieron para lavar imagen y fondos. Pese a las pruebas, los juzgados de Santiago archivaron causas y condenaron a Delgado, no a los implicados (Doc. 14). Mientras, Feijóo mantiene a Sánchez Sierra en su círculo íntimo, premiando la lealtad con impunidad.
Conclusión: Justicia secuestrada
La trama COVID no es un caso aislado, sino el reflejo de un sistema podrido. Los donativos públicos se esfumaron en cuentas opacas, el patrimonio de una asesora se multiplicó sin explicación y un periodista paga el precio de decir la verdad. Mientras, la Fiscalía de Asturias —aliada del PP— persigue al mensajero, no a los corruptos.
Galicia merece respuestas. Que los cinco años de opacidad no normalicen la impunidad.
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