Galicia cuenta con dos zonas en la Cuenca Miño-Sil que se encuentran sometidas a un régimen abusivo de explotación que las coloca entre los acuiferos subterráneos en peligro a nivel estatal.
Estas dos zonas son Baixa Limia (Orense) y el aluvial del Louro (Pontevedra). La primera tiene un índice de explotación (IE) del 19% y la segunda, del 13%. Ambas están en mal estado químico (Contaminación por nutrientes, sobre todo nitratos de abonos y excrementos de animales, por encima del límite legal (50 mg/l) o cerca del límite. Las dos zonas también mantienen un elevado contenido en pesticidas.

La mayoría de los acuiferos del Duero tienen IE inferiores e incluso La Alcarria tiene tan solo un 6%. La zona de Baixa Limia está rodeada de macrogranjas, que suponen una evidente fuente de contaminación para los acuiferos subterráneos. De hecho, el impacto de las macrogranjas en Galicia es muy superior al de todo el norte de España.

España incumplió el plazo de 2015, ha incumplido el de 2021 y corre un alto riesgo de incumplir en 2027 los objetivos ambientales fijados en la Directiva Marco del Agua, último plazo salvo excepciones muy tasadas que admiten acogerse a prórroga o a objetivos menos rigurosos.

Por todo ello, ARCO IRIS insta a la Xunta de Galicia a elaborar de forma inmediata un plan de control de vertidos de macrogranjas, para paliar en lo posible los vertidos de nitratos y pesticidas a los acuiferos subterráneos. Del mismo modo, sería deseable que se fueran implementando planes de emergencia, ante la dureza del verano que se avecina y que puede comprometer el abastecimiento de la población y el aporte a cultivos agrícolas.