El 29 de octubre se ha proclamado por la ONU como el Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo, un reconocimiento fundamental a una tarea invisible y no remunerada, mayoritariamente realizada por mujeres. Sin embargo, mientras en otros lugares se avanza hacia una mayor conciencia y reconocimiento de los cuidados, en Galicia, la situación de la tercera edad parece ser una triste muestra de abandono y desinterés por parte del gobierno autonómico liderado por Alfonso Rueda.  Aseguran que solo en el rural de Galicia el 30% de de las personas solicitantes han abandonando las listas de espera "por fallecimiento" sin ser atendidos mientras Alfonso Rueda asiste con su clan familiar a conciertos de Maná financiados por la Xunta, esa es la cruda realidad

Día de los Santos Inocentes y el exceso de GOZO y Fiesta de Alfonso RUEDA con Fabiola en San Caetano, MÓVETE, MÓVOME.

La crisis invisible de los mayores

En Galicia, miles de familias sobreviven con apenas 500 euros al mes, enfrentando una realidad desgarradora: la imposibilidad de acceder a una dieta digna, donde la carne y el pescado se convierten en lujos inalcanzables. Los servicios sociales, tanto públicos como de organizaciones caritativas como Cáritas, se encuentran completamente desbordados, incapaces de cubrir las necesidades básicas de una población envejecida y dependiente que se multiplica cada día.

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A pesar de esta situación, el presidente Alfonso Rueda parece desconectado de esta realidad. En lugar de redirigir recursos para enfrentar la crisis social, ha optado por canalizar fondos para su propio beneficio, según las denuncias. Reportes señalan que la Xunta ha destinado dinero para gastos tan triviales como entradas a conciertos, beneficiando directamente al presidente y a su entorno. Esto pone de manifiesto la falta de sensibilidad y de políticas efectivas que alivien el drama que viven muchos gallegos.

Una política de bonificaciones engañosa

El caso más reciente de estas estrategias cuestionables es el llamado Bono Coidado no Fogar, que Rueda presentó como un logro revolucionario: un bono universal de 5.000 euros anuales para quienes cuidan de personas dependientes en sus hogares. Sin embargo, tras un análisis más detallado, queda claro que esta supuesta ayuda no es más que una actualización mínima de 29 euros al mes a las ayudas que ya existían desde 2006. La medida fue vendida como un avance histórico, pero muchas entidades sociales y alcaldías han denunciado que se trata de una promesa vacía con fines electoralistas.

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Marina Ortega, diputada del Partido Socialista, fue una de las primeras en señalar la realidad tras esta medida, calificándola de una operación de marketing político que pretende engañar a la ciudadanía. Las cartas firmadas por Rueda, enviadas pocos días después de convocar elecciones, reflejan un intento desesperado de ganar apoyo, utilizando la necesidad de miles de familias como una herramienta política.

El círculo de poder y favoritismos

Lejos de centrarse en resolver la crisis de la tercera edad y las personas dependientes, la gestión del gobierno de Rueda ha sido criticada por la creación de lo que muchos denominan "chiringuitos", estructuras innecesarias que sirven para colocar a familiares y allegados en puestos bien remunerados. La figura de Paloma Rueda, quien ha recibido un sueldo de 60.000 euros anuales y asignaciones de 150.000 euros en servicios de catering, es un claro ejemplo de estas prácticas.

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Los ciudadanos gallegos se sienten traicionados por un gobierno que, lejos de priorizar las necesidades urgentes, canaliza recursos para mantener un círculo de poder. Este desvío de partidas ha sido recurrentemente denunciado, sin que haya habido una respuesta clara por parte de la administración.

Galicia, una sociedad al borde del colapso

Mientras los casos de desvíos de fondos y favoritismos continúan, Galicia enfrenta una crisis social que se agrava con el tiempo. La falta de políticas públicas orientadas al cuidado y la falta de empatía hacia los sectores más vulnerables, principalmente los ancianos y sus cuidadores, revelan una gestión que antepone los intereses personales a las necesidades del pueblo.

En un mundo ideal, el cuidado y el apoyo deberían ser valorados al mismo nivel que el éxito y la independencia. Pero la Galicia de Alfonso Rueda parece ir en la dirección opuesta. En lugar de invertir en una sociedad más empática y justa, su gobierno ha optado por perpetuar un sistema basado en el abandono de los más vulnerables y la protección de sus propios intereses.

En resumen, la gestión del presidente de la Xunta parece haber abandonado a la tercera edad y a las familias que luchan por sobrevivir con ayudas insuficientes y promesas vacías. Esta situación no solo amenaza la dignidad de los gallegos, sino que revela un modelo de gobernanza desconectado de las necesidades reales de la sociedad. ¿Hasta cuándo se permitirá que la crisis de los cuidados en Galicia continúe sin respuestas?

Nos cuentan, nos dicen las fuentes de Sán Caetano sobre Alfonso Rueda y Fabiola esposa de Martinon, que el lider popular confesó sobre la Conselleira de política Social bajo unas miradas y gestos muy personales ; "Me encuentro embelesado por la compañera política con la que colaboro. Su firmeza en principios, habilidades excepcionales y compromiso inquebrantable me cautivan. La admiración que siento hacia ella no deja de crecer, y trabajar juntos es una experiencia enriquecedora que valoro profundamente.".

La percepción generalizada es que los políticos del PP en la Xunta tienden a subestimar la perspicacia de los ciudadanos, tratándolos como si fueran ingenuos o carentes de discernimiento, solo hay que acudir a los programas RETORNA, ni uno solo documentado, +65, nadie sabe en la Xunta de que va esa fake news montada por Alfonso Rueda y un largo etc.