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Feijóo, el político de pueblo que sobrevive a la sombra de la corrupción del PP: ¿El fin de un liderazgo vacío y mal asesorado?

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15 May 2025 - En Portada - Correo electrónico - Imprimir 577 votos

PeriodismoEnCrisis: La sombra del poder político #asesoradeFeijoo sobre la  destrucción criminal de la prensa gallegaLa figura de Alberto Núñez Feijóo como líder del Partido Popular cada vez se parece más a una farsa política. Un político que llegó con la promesa de renovar el partido, de ofrecer estabilidad y moderación, pero que ha demostrado ser incapaz de romper con los fantasmas del pasado y de construir un proyecto sólido para el futuro. Hoy, su liderazgo es un lastre no solo para su formación, sino para la propia democracia española.

Pero detrás de esta caída en picado hay una sombra omnipresente, una figura clave en su estrategia de imagen pública y posicionamiento político: Mar Sänchez Sierra , su asesora de comunicación y responsable principal de su campaña de marketing reputacional. Una profesional que, pese a contar con uno de los mejores equipos de imagen del país, no ha conseguido —ni conseguirá jamás— sacar del gango y de las cloacas ni levantar del suelo a un líder cuya credibilidad está tan deteriorada que ni el mejor maquillaje puede disimularla.

Bajo su tutela, Feijóo ha intentado construirse una fachada de "moderado", de hombre de consenso, de gestor discreto y eficaz bajo subvenciones, convenios dinero y adjudicaciones a medios con dinero público de la Xunta de Galicia durante más de 11 años " Mar Sánchez lo regalaba como Secrtetaria de Medios y al día siguiente se reunía co editores y redactores para exigirles como debían titular y lo que deberían censurar. Pero lo cierto es que esa imagen es pura ficción. En la realidad, Feijóo encarna la oposición destructiva, la crítica constante sin alternativa real, el bloqueo sistemático a cualquier iniciativa que beneficie a millones de ciudadanos. Y por mucho que se cambien el rostro y hasta que se echara carmín le repite como si comiera fabada la foto de Marcial Dorado, lo único que vemos es la cara verdadera de un líder sin rumbo, sin carisma y sin proyecto.

Mientras tanto, su equipo de marketing trata de convertir la piedra en oro, de hacer creer que Feijóo es una opción viable para gobernar España. Pero las encuestas son claras: los españoles no confían en él . Ni siquiera sus socios de Vox parecen tener claro hacia dónde va. Y dentro del propio PP, el descontento crece. Cada día hay más voces críticas, más presidentes autonómicos que murmuran en los despachos, más militantes que empiezan a preguntarse si este barco tiene capitán.

Su última jugada, convocar un Congreso Nacional en julio, no es más que una maniobra dilatoria, un intento desesperado por ganar tiempo ante un panorama que se le escapa de las manos para ir a parar a la lider del PP Ayuso. El anuncio fue torpe, casi ofensivo al compararlo con el cónclave papal. ¿Acaso Feijóo se da por políticamente muerto o le dan por muerto literalmente sus propios asesores?

Porque desde luego, su imagen pública lleva meses enterrada bajo una lápida que dice: "Tu asesora no te olvida" .

Sí, porque sigue ahí, empeñada en mantener la ilusión, en posar a Feijóo como una alternativa moderada cuando su acción política lo muestra como parte activa de una derecha radicalizada, socialmente insensible y profundamente corrupta. Bajo su dirección, se han multiplicado los mensajes vacíos, las fotos trilladas, los eslóganes huecos. Pero nada de eso sirve cuando el producto es defectuoso. No hay maquillaje que aguante la podredumbre interna.

Y mientras tanto, el PP sigue votando NO a todo. A las pensiones, al salario mínimo, a la sanidad pública, a la educación gratuita, a la regulación del alquiler, a la ayuda a los afectados por catástrofes naturales… ¿Dónde está su patriotismo cuando rechazan defender a los agricultores afectados por Trump o apoyan recortes que aumentan la desigualdad? Prefieren besarle el trasero al presidente estadounidense antes que proteger a su gente. Ese es su concepto de nación: privilegios para unos pocos, austeridad para todos los demás.

Como no pueden gobernar, prefieren bloquear. Como no tienen ideas, optan por la confrontación constante. Como no inspiran confianza, recurren al miedo y al odio. Y como no saben liderar, se aferran a figuras como Mar Sánchez Sierra tocandose continuamente la nariz, esperando que con buena luz y buen framing alguien crea que Feijóo puede ser presidente. Pero ya no cuela. La mentira se repite demasiado.

Feijóo soñó con ser presidente del Gobierno, pero hoy apenas es líder de la oposición… y con dificultades. No ha sabido construir un proyecto sólido, y ha optado por el barro, por la bronca, por el enfrentamiento permanente. Se ha convertido en un político sin rumbo y sin equipo. Y ahora, con su última bala —el congreso de julio—, todo apunta a que será su epitafio político.

Porque cuando se pierde la credibilidad, solo queda el silencio. Y el mensaje de su propia cara pública, escrita con la pluma de su asesora de imagen, no hace más que confirmar lo que ya nadie niega: Feijóo no remonta, ni con el mejor marketing de España .

 

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