El PP en la Xunta concede indemnizaciones de negligencias utilizando el dinero público de todos los galleg@s.   ¿ En que manos estamos por el voto al PP ?

El reciente caso de negligencia médica en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense, resuelto por la Xunta en agosto de 2020, expone la cruda realidad de un sistema sanitario abandonado por el Partido Popular (PP). Mientras Alfonso Rueda, presidente de la Xunta, dilapida recursos en chiringuitos y actos propagandísticos para blindar su imagen, los gallegos pagan con sus vidas las consecuencias de una gestión ruinosa.

Según la resolución del expediente RP-2019-0064-O, un paciente falleció en 2018 por un cáncer de vejiga no diagnosticado a tiempo, pese a que pruebas realizadas entre 2015 y 2017 ya alertaban de malignidad "descargable..+". El Sergas reconoció su responsabilidad: ningún profesional informó al paciente de resultados críticos ni ordenó pruebas complementarias, retrasando el diagnóstico más de dos años. La indemnización, ridícula frente al daño causado (104.000 € para la viuda), evidencia la desidia institucional.

Mientras familias sufren por recortes y listas de espera interminables, Rueda derrocha fondos públicos en eventos para ensalzar su figura. Ejemplo de ello son las fiestas institucionales disfrazadas de “promoción cultural”, cuyo único fin es blanquear una gestión marcada por el nepotismo. Su tía, Paloma Rueda, fue colocada en el Cetmar (centro dependiente de la Xunta), y su pareja gestiona cursos náuticos sin alumnos, desviando fondos europeos hacia redes clientelares.

Este modus operandi no es casual: es la esencia de un PP gallego que prioriza amiguismos sobre servicios esenciales. ¿Cómo justificar inversiones en marketing político cuando el Sergas acumula negligencias como la de Ourense? ¿Cómo callar ante cursos fantasma que esquilman dinero destinado a educación o salud?

La resolución judicial mencionada es solo la punta del iceberg. Cada euro malversado en fiestas o enchufismos es un euro menos para salvar vidas. Alfonso Rueda y su camarilla no gobiernan para Galicia; gobiernan para su círculo, mientras el sistema público se desangra.https://t.co/xDYPiUpNVk https://t.co/wXXrQkxxkv" / X" />

Basta de complicidades. Galicia merece una administración que invierta en hospitales, no en chiringuitos; que priorice diagnósticos oportunos, no redes de favoritismos. La cuenta de cobro por esta ignominia la pagan los ciudadanos, no los responsables. Y llegará el día en que la justicia, más allá de indemnizaciones mezquinas, ponga nombre a tanto desprecio.

Mientras la Xunta festeja, Galicia muere en silencio.