La sequía llega a Galicia para quedarse. Más de la mitad del territorio de la Comunidad está incluido el zona Warning del Indicador CDI (Indicador Combinado de Sequía), basado en una combinación de indicadores de precipitación, humedad del suelo y condiciones vegetales. Los datos, correspondientes al último informe del Observatorio de la Sequía de Copernicus, no deja lugar a dudas de que Galicia es una de las zonas del mapa del estado más afectada por el declive del CDI, al mismo nivel que zonas semi-desérticas, como el sudeste o partes de Cataluña, ya sometidos a restricciones de consumo.

Únicamente una pequeña banda del norte de Portugal está incluida también en la zona Warning, previa a la de ALERTA, que seguramente se alcanzará en los próximos meses, en plena ola de incendios forestales. Los datos del GDO Analytical Report desde 2021 son tercos en cuanto a mantener a Galicia en color naranja, posición que no ha abandonado (al contrario que otras CCAA de España) después de la pésima situación de 2022.
La persistente falta de lluvias y una prolongada secuencia de temperaturas más altas que el promedio, han provocado cambios en la humedad del suelo y los caudales de los ríos. La vegetación y cultivos en temporada de crecimiento aún no han sido afectados de forma significativa, pero la actual situación puede hacerse crítica en los próximos meses si las anomalías persisten durante la primavera.
Por todo ello, ARCO IRIS insta a la Xunta a la convocatoria inmediata del Observatorio de la Sequía y a comprometerse a explicar a la sociedad gallega cual va a ser su política hidrológica a medio y largo plazo, sobre todo en lo que concierne al derribo indiscriminado de presas y otros obstáculos en los ríos de Galicia Costa, que deben pasar a cumplir un papel regulador que garantice caudales ecológicos mínimos y el abastecimiento de agua de consumo y riego.