Mientras otras cuencas fluviales, como la del Miño-Sil, la del Segura y la del Guadiana, han declarado al eucalipto como especie invasora y, por tanto, candidata a ser erradicado del dominio público hidráulico, ni la Xunta de Galicia ni Augas de Galicia (AG) están por la labor. La prioridad de la Comunidad de Galicia es mantener y aumentar la producción de eucalipto, antes que velar por la salud de los cursos fluviales. Esta política productivista está pasando ya una factura muy onerosa a los ríos de Galicia en lo que refiere a su salud ambiental.

A pesar de una moratoria que tiene los días contados, AG ni siquiera se ha atrevido a defender el área de policía de 100 metros a partir de las riberas de los ríos de la Cuenca Galicia Costa (CGC) de la avalancha de esta especie invasora, como así es calificada por diversos estudios científicos, entre ellos los de las Universidades del País Vasco y Vigo. Incluso el Comité Científico del propio Ministerio de Agricultura emitió en 2017 un dictamen que condenaba al eucalipto a categoría de ESPECIE INVASORA. Ese informe sigue a día de hoy guardado en un cajón, porque en España sigue prevaleciendo el dinero al medio ambiente.
Los datos científicos sobre su impacto en la biodiversidad son abrumadores. Hay entre un 64% y un 99% menos de líquenes, la diversidad de los anfibios cae en un 50%. Hay un 65% menos de aves, un 75% menos de insectos. En los ríos, un 23% menos de invertebrados, con una diversidad de un 11% más baja, con un tamaño 37% más pequeño. El impacto en los ríos es tremendo, porque reduce el aporte de agua, la biomasa, los nutrientes y el alimento de los peces por la reducción de larvas e insectos. La hojarasca del eucalipto es tóxica para los cursos de agua, ya que emite sustencias alelopáticas y reduce el pH, acidificando el agua dulce. Las talas cada 14 años generan lodos que colmatan los lechos y eutrofizan el entorno. La toxina eucaliptol funciona en la práctica como un herbicida sobre todo el terreno que ocupa.
Uno de cada tres eucaliptos de la Península Ibérica está en Galicia y es la CGC el territorio más afectado por los monocultivos de eucalipto a nivel mundial. Por tanto, es Galicia el territorio más amenazado por esta plaga forestal a nivel mundial y son nuestros ríos quienes sufren en mayor medida sus efectos. Por todo ello, ARCO IRIS insta a AG a seguir los pasos de las Cuencas Miño-Sil, Segura y Guadiana, declarando al eucalipto como especie invasora desde la ribera de todos los ríos de la CGC hasta el límite de la zona de policía de 100 metros a ambos lados del cauce. Asimismo, AG debe elaborar un Plan Integral de deseucaliptización de estas franjas y aprobar de inmediato Planes de Restauración Hidrológico Forestal. De lo contrario, AG deberá explicar las razones por las que no defiende el objeto de su misma existencia.