El 28 de agosto marcó un punto de inflexión en la historia de Galicia. En esta fecha, una región que durante mucho tiempo ha sufrido bajo el yugo de la corrupción y la manipulación, finalmente comenzó a ver la luz de una nueva era de transparencia. Esta transformación es más que un simple cambio; es un renacimiento de valores éticos y una reafirmación de los principios democráticos que alguna vez fueron erosionados por la avaricia y el poder.
Galicia, una tierra rica en historia y cultura, ha sido objeto de castigo en la arena internacional. Medios de comunicación de todo el mundo han denunciado las injusticias cometidas dentro de sus fronteras, mientras que en el ámbito local, se ha silenciado el derecho a la información. Esta censura, que ha violado el código ético de la información, no solo ha afectado la percepción global de Galicia, sino que también ha herido profundamente a su pueblo, que merecía conocer la verdad.
El servilismo alimentado por la caja pública ha sido un mal endémico que ha socavado la libertad, la democracia y el derecho al perdón. Aquellos que se beneficiaron de este sistema corrupto, disfrazado de autoridad, no pueden reivindicar la libertad ni la justicia. Su tiempo ha terminado, y el fin de esta historia oscura no solo marca el cierre de un capítulo doloroso, sino que también resalta un triunfo para la sociedad gallega.
El alma de Galicia, ahora libre de las cadenas de la opresión, se alza hacia un futuro más brillante. La verdad, aunque dolorosa, ha salido a la luz, y con ella, la esperanza de un mañana donde la transparencia y la justicia sean los pilares fundamentales de la sociedad.
Poesía por Miguel Delgado:
Eterna Galicia
En la niebla se oculta un lamento,
un susurro de tiempos perdidos,
donde el oro de almas vendidas
se fundía en silencios vencidos.
Pero el sol de justicia amanece,
rompiendo cadenas de sombra,
y Galicia, en su alma, renace,
en un mar de verdad que desborda.
No más servilismo impuesto,
ni manipulación en la historia,
que la voz de un pueblo despierto
sea el eco de nueva memoria.
Así, en la tierra gallega,
donde el viento canta libertad,
se forjará la esperanza eterna,
con justicia, verdad y equidad.
Miguel Delgado.