Cuña de espiga, la clave tras el mobiliario de IKEA

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15 Marzo 2019 - Comunicados - 5484 votos
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La firma sueca se despide del tornillo tradicional con un sistema pensado para facilitar el ensamblaje en el hogar.

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A IKEA se le atribuyen muchos méritos, y alguna que otra mala práctica, pero esta firma sueca que hace años llegó para adentrarse en nuestros hogares con muebles casi impronunciables, quiere seguir adelante en una carrera constante por la innovación. De hecho, su nuevo objetivo es despedirse por completo de los tornillos.

 

Cuando se piensa en montar un mueble, se vienen a la cabeza varias herramientas que se consideran como indispensables. Un destornillador, un martillo, cola de madera y otros muchos utensilios suelen formar parte de ese kit básico para montaje de mobiliario, pero, ¿y si dijéramos que es posible hacer lo mismo sin necesitar nada de eso?

 

Esta es una idea que la propia IKEA ya lanzó desde que abrió sus puertas con todo un catálogo caracterizado por muebles que cualquiera puede montar en su hogar con poco más que una llave allen y mucha paciencia; sin embargo, lo que busca ahora es que no haga falta nada más que un par de manos, y de nuevo la paciencia.

 

La compañía está cambiando todo su sistema de montaje para apostar por el sistema de la cuña de espiga, uno con el que pretende hacer que montar sus muebles sea más sencillo todavía. Si bien la dificultad de estos no suele ser demasiado elevada, salvo contadas excepciones, ahora han cambiado el enfoque de sus diseños para pensar en las nuevas generaciones, para ahorrar tiempo, para ahorrar complicaciones y para ahorrar en problemas para el medio ambiente.

 

Un cambio de procedimientos que lleva en activo desde el pasado 2017, pero que poco a poco está evolucionando para transformar todo el catálogo de muebles de la compañía en uno mucho más fácil y rápido de montar. Un cambio que se mantiene dentro de la estrategia de esta firma internacional y que vuelve a reforzar su posición como uno de los mayores referentes del sector.

 

Del tornillo a la cuña, la nueva fórmula de IKEA

 

Uno de los mayores problemas que tienen los destornilladores y los tornillos es que, con la gran cantidad de cabezas distintas que hay, se vuelve necesario disponer de una herramienta adaptable, que sea compatible con distintos cabezales para poder apretar o aflojar estas pequeñas piezas metálicas con el fin de garantizar la sujeción de las piezas del mobiliario.

 

El planteamiento que ha ideado IKEA, por contra, aboga por erradicar por completo esta problemática. Nada de clavos, ni de llaves, ni de tornillos, ni de destornilladores. Lo único que hace falta son las manos y tiempo, uno que además cada vez es menor gracias al buen diseño y lo intuitivo de los manuales de montaje de su mobiliario.

 

Los nuevos muebles de esta empresa incluyen lo que se conoce como cuña de espiga, como ya adelantábamos antes. Un sistema que busca que todas las partes de los muebles encajen como si fueran piezas de un puzle para que tanto el montaje como el desmontaje se haga de forma sencilla, pero sin poner en peligro la integridad del mueble una vez comience a utilizarse con normalidad.

 

Todo usando el mismo material que se utiliza para su mobiliario, pero introduciendo esas pequeñas piezas que hacen de encaje para garantizar la correcta sujeción de todas las partes. Aunque por el momento solo se está empleando en los muebles de madera grandes, la intención de los responsables de la compañía es que se extienda a la inmensa mayoría de su catálogo.

 

Y las razones son obvias. Con este nuevo sistema, el tiempo de montaje se reduce hasta un 80%. Para demostrar este notable descenso, Jesper Brodin, jefe de suministro y ventas de IKEA, aseguraba en su momento que un mueble que antes le suponía 24 minutos de montaje ahora tan solo necesitaba 3 para ser montado.

 

Gracias a este planteamiento, además, aspiran a fomentar la reutilización de su mobiliario sin que este se vea dañado. Al no estar sometido a esfuerzos de torsión ni sufrir la penetración excesiva de tornillos que pudieran dañar la madera, montar y desmontar supondría un deterioro mínimo que permitiría al cliente prolongar la vida útil de cualquier mueble a pesar de mudanzas o de cualquier otra situación que implique volver a montarlo en más de una ocasión.

 

Pensar en una mesa, silla, estantería o cajonera como un puzle ha resultado ser la clave para que una de las empresas más importantes del sector mobiliario, por no decir la que más, haya conseguido introducir un cambio que puede ser toda una revolución. Su propuesta ya está comenzando a adentrarse en hogares de medio mundo, pero quiere ir más allá y convertirse en el nuevo estándar gracias a las bondades que posee. Sin duda, tiene madera para ello.

 

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